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MITOS DE CREACIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN VENEZUELA A PARTIR DE LA CONQUISTA
DOSSIER
MITOS DE CREACIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN VENEZUELA A PARTIR DE LA CONQUISTA
Msc. Iría Migdaley Cedeño González
A modo de introducción
El presente artículo aborda el estudio de los Mitos de Creación en el contexto de la colonización de América; narraciones ancestrales que permean el tejido cultural de la sociedad venezolana cuyo propósito fue analizar la incidencia e importancia de los Mitos de Creación de las tribus ancestrales que ocuparon el territorio venezolano en la época de la conquista, para confirmar la contribución en la formación del origen identitario, valores éticos y costumbres que hoy comparte la cultura del pueblo criollo venezolano.
El accidente imprevisto de la conquista de América ocurrido en el siglo XV (año 1492) es el hecho histórico que devela la existencia de dos continentes separados durante años por el océano Atlántico, para el europeo el nuevo mundo y para el americano el viejo mundo, producido por el abordaje fortuito de navegantes españoles a tierras americanas al extraviar la ruta marítima que se dirigía a mares asiáticos (Sanoja y Vargas, 2015). En Venezuela el acontecimiento sucede el 5 de agosto de 1498, en el tercer viaje de Cristóbal Colón, al entrar por la costa oriental del país a Macuro en el Golfo de Paria; desembarcando en las desembocaduras del Orinoco, llamando al Delta “Tierras de Gracias”. Al descender se encontró con un gran número de tribus pertenecientes a grupos culturales muy distintos, tales como los caribes, waikeríes, waraos, arawacas, caquetíos, jirajaras, timotocuicas, chibchas, otomacos, entre otras.
Contexto histórico
La conquista de lo que sería Venezuela tomó más de un siglo, porque a diferencia de la realizada en México o el Perú, y debido a la ausencia de un estado indígena dominante y una infraestructura extensa, así como la falta de un gobierno unificado, significó que los conquistadores no pudieron tomar el control de una región muy amplia con tan solo dominar una tribu. Aun así, la invasión del territorio por los españoles fragmento el tejido social y cultural de la población indígena venezolana; irrupción que estuvo acompañada por un cambio de época de la edad media a la edad moderna. Puesto, que si bien tiene su origen en la Europa del Renacimiento en los siglos XV y XVI, recoge desarrollos anteriores y se nutrirá del conjunto de las transformaciones políticas, tecnológicas, sociales y culturales que se irán produciendo en los siglos posteriores y, se irá extendiendo progresivamente a otros continentes como el americano y, será asimilada por culturas muy diferentes de aquellas en las que se gestó (Echeverría 2004), suceso que proporcionó a la humanidad, al mundo y a la historia moderna y contemporánea nuevos conocimientos y paradigmas en lo histórico, social, cultural, político, religioso, etc., que incidieron en los procesos identitarios de la región suramericana.
El contexto histórico medieval del cual no escapa la cultura venezolana, vulnerada por la intrusión de otros procesos culturales, donde el pueblo indígena sobrellevó los cambios ocurridos durante los actos migratorios e implantación de los periodos de inculturación con la incorporación de creencias y costumbres de otras regiones, lo que ha distanciado al venezolano de los saberes patrimoniales de la nación en la época contemporánea. Saberes ancestrales de las tribus indígenas fundamentados en los Mitos de Creación, que han sido tildados de inventos sin fundamento teórico científico, sembrando la duda de la verdad de los Mitos de Creación, posiciones que cuestionan la genética histórica de la idiosincrasia de un pueblo.
Cosmovisión medieval
Los Mitos de Creación de toda cultura vernácula son los que construyen el proceso fundamental de la sabiduría de los pueblos, necesitando desde sus orígenes de un cimiento ideológico que sostenga el saber que surge de las tradiciones de los habitantes; siendo luego el instrumento que mantendrá viva las experiencias y conocimientos de las generaciones anteriores. De ahí que el Mito de Creación, producto de un proceso generador de ideas que está en el pensamiento, sea el elemento utilizado por los pueblos originarios para crear un mundo simbólico vital desde la comprensión de su ser como sujeto, como comunidad, como parte perteneciente a un universo que lo complementa, a partir del contexto que le ofrece la relación con la naturaleza y el entorno donde habita.
Estos primeros pensamientos, acompañados de las palabras, le permitieron estructurar un sistema de comunicación con todo lo que le rodea y a cuestionar su origen, es por ello que durante siglos el ser humano se pregunta ¿quién soy? En este sentido para saber quién soy se debe ir en busca del quién era y, los pueblos atávicos venezolanos con los Mitos de Creación, ofrecen los saberes que conforman la cultura y tradiciones del ser nación.
En este sentido, desde la perspectiva ontológica que se desarrolla en la Edad Media, en estrecha relación con la teología y, un pensamiento metafísico, está orientada a la elaboración racional de una doctrina del ser, caracterizando de teocéntrica la cosmovisión medieval, a causa de afirmar la fe en Dios como el elemento central en el ordenamiento del mundo.
Por tanto, conocer el quién soy mediante el reconocimiento de quién era, aún sigue vigente e indicará el camino para responder la cuestión identitaria del pueblo criollo venezolano, a través de los valores originarios de los pueblos ancestrales. Situación que devela en la actualidad un desconocimiento de los orígenes míticos, las tradiciones, los valores y saberes de los pueblos ancestrales venezolanos.
A seis siglos (526 años) del encuentro entre dos culturas
A seis siglos (526 años) del encuentro entre dos culturas, la europea y la americana el material generado por los estudiosos e investigadores teólogos, filósofos y científicos han permitido el acercamiento y comprensión de los hechos acaecidos a través de la historia. La investigación basada en el desarrollo de las ideas claves derivadas de las bases teóricas, tiene como propuesta inicial conocer el proceso de Conquista de América y de Venezuela apoyada por las teorías de Fray Bartolomé de Las Casas, Francisco de Vitoria, Mario Sanoja e Iraida Vargas, Arellano Fernando S. J. Luego con el aporte teórico de Seitén A., Bentivenga C., Lavandero J., Gutiérrez M. y Bartolí G., Velásquez Ronny, Antonio E. Vaquero Rojo, entre otros, conocer los Mitos de Creación y tradiciones de los pueblos originarios de Venezuela a partir de la conquista; diferenciar en las familias lingüísticas de las tribus venezolana, los mitos y tradiciones ancestrales; comparar las semejanzas y diferencias entre las familias lingüísticas; indagar e identificar los valores identitarios en las familias lingüísticas; conocer y difundir la raíz cultural identitaria de los venezolanos devenida de los mitos y tradiciones ancestrales e impartir el conocimiento a las comunidades y a las instituciones educativas.
Al respecto Fray Bartolomé De Las Casas, fraile dominico, sacerdote, obispo español teólogo, filósofo, y encomendero; junto a Francisco De Vitoria, fraile dominico español, escritor y catedrático de la Universidad de Salamanca, que contribuyó al derecho internacional y la economía moral basados en el pensamiento humanista del realismo aristotélico-tomista; son considerados los defensores del indígena; el primero desde la Evangelización, como modo de alcanzar la libertad por la fe, pensaba que el modo de inducir a los hombres a la fe debe ser semejante al modo de llevarlos a la ciencia; De Vitoria por las leyes, con la “Doctrina de los indios”, expresa para el año 1526, su opinión indiófila en cuanto a lo que se decía que “los indios eran incapaces de la fe”, en respuesta plantea ocho postulados del Derecho Natural y sus Gentes para justificar la conquista de América.
En cuanto al aporte teórico de tiempos más reciente, se tiene el trabajo de Setién A., Bentivenga C., Lavandero J., Gutiérrez M. y Bartolí G., cinco investigadores con trabajos de campo (in situ) de los pueblos indígenas Warao, Yucpas, Yanomami, Pemón, entre otras, se considera que el pensamiento de estos literatos contribuyó a: identificar la procedencia de las etnias indígenas de Venezuela; clasificar los grupos en familias lingüísticas; identificar el Mito de Creación que fundamenta las tradiciones indígenas ancestrales y mantienen la identidad de los pueblos originarios; en este caso se muestra como ejemplo al pueblo Warao.
En relación a la procedencia de las etnias indígenas de Venezuela, Setién refiere que el territorio venezolano fue ocupado por varias oleadas procedentes de varias etnias y culturas; la primera, es la amazónica, la más antigua, ocuparon los territorios de Guayana y ríos llaneros, se dedicaban a la recolección y a la pesca; la segunda, de la cuenca del rio Apure, el lago de Maracaibo y la desembocadura de los ríos, eran colectores y cazadores, poseyeron técnicas más avanzadas para la pesca y tenían conocimientos en la construcción de palafitos; la tercera, de los Arawacos, venían desde sur América y entraron en territorio venezolano por diferentes puntos, asentándose en las regiones occidentales, eran más sedentarios y tenían mejores conocimientos agrícolas y un grado cultural más avanzado; la cuarta, de los Caribe, venían de diferentes islas, se ubicaron en las costas venezolanas hasta entrar a los ríos llaneros, eran guerreros, cazadores y pescadores, su poderío desplazó a los Arawacos ocupando grandes extensiones; la quinta, los Timoto-Cuicas, provenían de los Chibchas de Nueva Granada, entraron por los Andes, eran agrícolas con avances particulares. (Seitán p.9-10).
Mitos de Creación
Muchos siglos antes del advenimiento de los españoles al territorio venezolano ya existían una forma de expresar las experiencias de vida que se tenía con seres superiores, divinidades, dioses, así denominados por presentarse ante el ser humano como inalcanzables, incomprensibles que rebasaban la capacidad de entendimiento de la conciencia humana. El Mito de Creación de las familias indígenas en Venezuela comparte diferentes perspectivas de origen que consolidan y fundamentan las tradiciones atávicas, formando el bagaje histórico y cultural de las experiencias de vida que los identifican.
Para los indígenas los “mitos” son verdad, no son fantasías o cosas paganas sin valor, provenientes de falsas interpretaciones y prácticas de otras religiones, como piensan algunos. Es el eje de la etnia, alrededor del cual se estructura todo lo demás. Es mucho más que una historia del comienzo de la Creación. Su contenido no es fijo, porque es constantemente releído a partir de los nuevos problemas y conflictos que van apareciendo. En el mito se encuentran elementos ligados al territorio (cerros, valles, ríos, fuentes, árboles, caminos, bichos, flores, peces, lluvias, nubes etc.) y a la historia (antepasados, crisis, guerras, invasiones, sufrimientos, epidemias, viajes, migraciones etc.). Las historias del mito “explican” todas estas cosas del territorio y de la historia (espacio y tiempo), ligándolas con el origen de la propia etnia. Así establece, dentro de este mundo con su tiempo y su espacio, un “cuadro de referencia” que da seguridad e identidad al grupo indígena.
Sobre esto, Velásquez (2017) en la obra Mitos de Creación de la cuenca del Orinoco, plantea que el mito es para el indígena, no una historia repetida, sino una realidad vivida, que refleja el pensamiento de los hombres que están sujetos al mundo espiritual, que se expresa a través de las actuaciones chamánicas, en las cuales rito y música están firmemente unidos.
Mitos de Creación del pueblo Warao
A manera de muestra se presenta el Mito de Creación de la familia independiente Warao, aplicable posteriormente a las otras tres familias Arawak, Caribe, Chibcha, que permitirán la realización del análisis correspondiente en la consecución del objetivo de estudio planteado.
Los taparos que tocan los indios es la “maraca sagrada” que utilizan los waraos en los asuntos religiosos y de salud para invocar los espíritus (Jebu) buenos o expulsar los malos. Para el indígena el mito es la tradición, su norma de vida, su ley, su medicina, su pasado, su presente y su futuro. Todo lo que es importante para la vida de la etnia, se encuentra en el mito.
A modo de cierre
En el marco de las consideraciones finales, esperamos que este estudio haya contribuido al enriquecimiento de la conciencia del ser venezolano, intentando preservar la memoria histórica y ancestral, además de aportar elementos para afrontar la deculturación total o parcial de la cultura del grupo, con plena conciencia de los avances de la modernidad, que en muchas ocasiones conducen a la pérdida de una parte esencial del individuo como integrante del pueblo-nación. Por otra parte, se pretendió preservar los valores atávicos que han sido heredados, es decir legados y que permanecen latentes en el imaginario de los venezolanos.
Asimismo, este estudio representa un avance de un proyecto mayor, que generará acciones teóricas para erradicar el desconocimiento de los valores originarios de la sabiduría ancestral, aportando al conocimiento identitario del ser como país, que aborda la búsqueda del quién soy, a dónde voy y qué quiero ser.
Finalmente, iniciamos un camino que tributa a formar el perfil de ciudadano civilmente responsable, que privilegie a la patria y beneficie a los diferentes subsistemas educativos; a las comunidades indígenas presentes en el territorio nacional; a la población en general interesada en profundizar en esta temática.
Anexo
A continuación, se presenta un cuadro resumen donde se detallan los grupos indígenas que formaban las familias en la época de la conquista, en el mismo se señala el tronco lingüístico de la familias indígenas; los pueblos que la componen; la región donde estaban ubicadas y las observaciones que indican a otras familias que se encontraban en ese tiempo histórico.
Tronco Lingüístico de las familias indígenas en Venezuela
Referencias:
De las Casa, F. B. (1990). Obras completas. Madrid: Alianza Editorial.
Echeverría, R (2004). El búho de minerva. Introducción a la filosofía. Chile: Editor J.C. Sáez.
Sanoja, O. M. y Vargas A. I. (2015). Razones para una revolución. Caracas: Edición Monte Ávila Editores Latinoamérica, C. A.
Setién, A, Bentivenga, C, Lavandero, J, Gutiérrez, M & Bartolí G (1996). Etnias Indígenas de Venezuela. Semilla primigenia de nuestra raza. Caracas: Editorial San Pablo.
Velásquez, R (2017). Mitos de Creación de la cuenca del Orinoco, Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana.
EL CABILDO ANCESTRAL: LOS DERECHOS HUMANOS DEL PUEBLO INGA EN LA GRAN CARACAS
DOSSIER
EL CABILDO ANCESTRAL: LOS DERECHOS HUMANOS DEL PUEBLO INGA EN LA GRAN CARACAS
Msc. Eddy Lisbeth Castro Tisoy
A modo de introducción
El Pueblo Inga fue inscrito como pueblo originario de la República Bolivariana de Venezuela, tras el apoyo e impulso del Cabildo Inga del estado Amazonas y las organizaciones de base denominadas Movimiento indígenas, tal como la ORPIA (Organización Regional de Pueblos Indígenas de Amazonas y CONIVE (Consejo Nacional Indio de Venezuela), llegado a visualizarse en la Ley Orgánica de Pueblos Indígenas del año 2005, como pueblo indígena venezolano.
Fue un reconocimiento por parte de otros hermanos y hermanas lideresas y líderes indígenas, se recibió de los ancestros y las ancestras el apoyo y respaldo en el reconocimiento, dando el acompañamiento al Pueblo Inga en la reivindicación de sus derechos humanos como pueblo indígena. A nivel internacional se recibió el sustento de diversos líderes y lideresas, destacándose Carlos Jacanamijoy, representante indígena ante organismos internacionales, y Gabriel Muyuy, secretario técnico de la FILAC (Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe); la profesora, Pastora Agreda, Taitas Sinchis, “Taita” Alex Tisoy, Gersain Tisoy, Florentino Jacanamijoy, Isidoro Jacanamijoy con su trabajo de medicina del yagé; nuestros mayores y mayoras del buen vivir. Así mismo, el trabajo de la oralidad realizado dentro de la familia a pesar de la ardua dinámica en contextos interculturales, en especial el trabajo de Mamá Rosa Elena Tisoy y Raúl Castro sobre la base de la identidad cultural y de los saberes propios.
El Pueblo Inga habita en contextos urbanos, periurbanos, rurales y de frontera; con dinámica de movilidad urbana milenaria, antes de la creación de los Estados-Nación. Se estima que el Pueblo Inga posee una dinámica de movilidad humana en la República Bolivariana de Venezuela desde hace 88 años aproximadamente, ya que los bisabuelos iban y venían constantemente por la dinámica comercial y de la medicina tradicional. Según el trabajo de diagnóstico conjunto desarrollado por la Fundación Pluricultural Pakari, a través de su “Plan de vida indígena Inga de Bogotá” (2004), afirma que la movilidad del Pueblo Inga se debió en gran medida a la imposición religiosa, los conflictos fronterizos y los factores económicos que incidieron e inciden en la cultura ancestral Inga.
Así mismo, refiere que el Pueblo Inga mantiene dinámicas de movilidad en diversos países de forma constante, como manera de resistencia y de acuerdo a sus necesidades, usos y costumbres. Ejemplo de ello es la celebración del Año Nuevo Inga Kalusturinda–Atun Puncha, el cual se conmemora un martes antes del miércoles de Ceniza. La festividad data desde hace más de 500 años, en ella se acostumbra a que algunas familias realicen un viaje al territorio Tamabioy; y actualmente, se celebra en la República Bolivariana de Venezuela en el Distrito Capital, Amazonas, Anzoátegui, Bolívar, Sucre y Aragua.
Hoy las familias-ayllus están conformadas por linajes amplios. Tras la convivencia con otras culturas se han vinculado con indígenas y no indígenas, conformándose pueblos como: Inga-Pemón, Inga-Camëntsá; no obstante, se mantiene la identidad propia través de lazos tanto matrilineales como patrilineales. En este sentido, se puede constatar en el registro de levantamiento topográfico y cartográfico del hábitat, realizado por el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, la ubicación de los asentamientos del Pueblo Inga en la República Bolivariana de Venezuela y especialmente en el Distrito Capital.
Origen del Pueblo Inga
El Pueblo Inga nació en la Madre Tierra, en los territorios del Tawanintisuyu, espacios territoriales de la Madre Tierra creados por nuestro “Taita DIOS”. Posteriormente dividida en nombres, que le dieron a lo que hoy se denominan espacios territoriales o sea “Estados-Naciones”. Los Ingas provienen de comunidades prehispánicas del Imperio Inca, los cuales cumplían la función de avanzada militar y resguardo de las fronteras. A través de la dinámica religiosa, social, política y económica su territorio ancestral, denominado por los ingas “Manoy”, se localiza principalmente en el departamento del Putumayo en Colombia, a unos 2.200 metros sobre el nivel del mar. No obstante, la comunidad Inga se ha desplazado a diversos países, tales como, la República Bolivariana de Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá, Brasil, incluso Dinamarca.
La comunidad Inga comparte rasgos culturales y organizativos con el Pueblo Camëntsá, dedicándose a diversas actividades, principalmente las agrícolas, artesanales y artísticas. El Pueblo Inga tiene una tradición viajera y un espíritu comerciante, son ampliamente conocidos por su alta movilidad, habilidad artesanal, conocimientos chamánicos y poderes curativos del hombre y la mujer Inga. Conocidos históricamente, por practicar la cultura del Ambiwaska, generalmente conocida como Yagé.
No obstante, todos han sido afectados, por la ubicación territorial, procesos de globalización, saqueo cultural, apropiación ilícita de los conocimientos y saberes ancestrales, por oligopolios, transnacionales de la moda, la estética aborigen, la medicina, procesos de patentización, factores endógenos, factores de riesgo social, económico y contextos hostiles de violencia ante la presencia de grupos al margen de la ley. Así como también, las imposiciones de creencias religiosas ajenas y la satanización de las propias. De igual forma, los sistemas educativos y de justicia colonizados (control social educativo, jurídico y preventivo), alcoholismo, enfermedades occidentales y discriminación negativa e inducida, pandemias, guerras bacteriológicas, guerra de cuarta generación, principios y valores, ideologías y filosofías de vida ajenas, entre otras.
El sabio Pueblo Inga, a través de las diversas acciones y formas de organización en tiempo y espacio, han construido acciones de defensa cultural espontánea y conscientes a fin de enfrentar los conflictos de diversas índoles (individuales, familiares, comunitarios, religiosos, sociales, nacionales e internacionales), por lo que es necesario generar una estructura centrada en la cultura autóctona, legal, descolonizada y de conciencia social que fortalezca los principios y valores ancestrales de nuestro pueblo.
También se ha buscado una armonización con la jurisdicción ordinaria, la indígena y la justicia propia, que nos permita constituirnos desde las bases de la cultura Inga para diversos fines, que van desde la resolución de conflictos hasta ejercer plenamente el derecho a la autodeterminación, en la cual se prioricen nuestras verdaderas necesidades. Donde se revitalicen los valores culturales y patrimoniales, tangibles e intangibles, y en este mismo orden se impulsen planes de vida acorde a las realidades socio-históricos y geográficas-territoriales. Todo esto, con la aprobación de propuestas de ordenanzas municipales, de participación social-política que garanticen los derechos humanos de los Pueblos y comunidades indígenas con énfasis en la comunidad ancestral Inga, ubicada en un contexto urbano.
El pueblo Inga multidiverso
La dinámica de vida del Pueblo Inga ha sido multidiversa, y no comienza en el año 1998, ya que este solo se considera una etapa histórica de lucha. El Pueblo Inga ha enfrentado realidades acordes a su tiempo histórico, espiritual-religioso, político, social, de acuerdo a sus contextos urbanos, periurbanos, de frontera y rural, tanto en el territorio ancestral Inga como en las comunidades donde han emergido las nuevas generaciones en los diversos Estados-Nación, tanto en Colombia, como en las comunidades nacidas en territorio venezolano. Este es el caso del Distrito Capital donde emergen realidades identitarias de las generaciones ingas, las cuales enfrentan otros factores de la venezolanidad intercultural que inciden en nuestra identidad y formas de aprender, a través de mecanismos de control social educativo, territorial, económico, entre otros.
Pero en el año 1998, la situación del Pueblo Inga en la República Bolivariana de Venezuela tras la dinámica social y política, cambio, iniciándose nuevos procesos de participación y construcción de un Estado Social de derecho y de justicia. El proceso constituyente generó el establecimiento de normativas garantes de los derechos humanos de los Pueblos indígenas, como entretejido de sus luchas por la defensa de los derechos de las culturas milenarias, entre estas acciones llevadas cabe mencionar también, las direccionadas en el proceso constituyente de Colombia, donde las llamadas minorías indígenas generaban participación política, y donde los taitas y líderes viajeros contaban sus vivencias a los Ingas jóvenes de Caracas.
Entre otros procesos a nivel nacional como internacional, cabe mencionar, la lucha que se llevaba a cabo, en el sistema de Naciones Unidas a favor de los Pueblos indígenas. De hecho, en nuestro país, se generó el reconocimiento de los Derechos Humanos de los Pueblos indígenas en la norma constitucional, garantizando los derechos lingüísticos-idiomas, el patrimonio cultural, y en materia especial el fuero personal, territorial y otras normas que transversalizan los derechos humanos de los Pueblos indígenas.
En consecuencia, se inició un entretejido que propone la construcción de Cabildos indígenas desde el Pueblo Inga en el Estado venezolano, siendo pionero el Cabildo Inga ubicado en el estado Amazonas. Se considera esta, una forma de organización fortalecida, que surge desde la cosmovisión de defensa de los derechos del Pueblo Inga y con estructuras que replican modelos de cabildos Ingas, que se conocían y emergieron en otros territorios, especialmente el ubicado en el Departamento del Putumayo, Colombia.
A raíz de las múltiples observaciones, relacionadas con la vulneración de derechos y la necesidad de fortalecer alianzas, en el año 2016 se generan nombramientos a través de reuniones con autoridades Ingas en el estado Amazonas, que atienden y articulan diferentes situaciones y conflictos, producto de la diversidad de dinámicas, ante la cual se ven involucrados los miembros de la comunidad Inga, propiciando la creación de Comisiones de Derechos Humanos del Pueblo Inga tanto en el estado Amazonas como Distrito Capital.
Desde el año 2016 hasta enero del año 2021, según datos de la Comisión de los Derechos Humanos del Pueblo Inga, se ha registrado un total de ciento dieciséis (116) conflictos, y vulneración de derechos, entre los cuales se tienen: retardo procesal, acoso y hostigamiento, abuso sexual, violación de los derechos de los niños, infracción de derechos educativos, quebrantamiento de derechos civiles, trasgresión de derechos de los y las jóvenes, extorsión por parte de funcionarios de cuerpos policiales (en particular del CICPC, Policía de Miranda-Petare), problemas de convivencia intrafamiliar, violencia contra la mujer, falta de protocolos de atención adecuados a la salud indígena, inadecuada praxis médica, explotación laboral infantil, mendicidad de niños y niñas, muerte de niña por daños ambientales (quema de montaña), desabastecimiento CLAP por jefes de calle, xenofobia, incidencia por actuación policial en festividad Inga, silencio administrativo, secuestro y desapariciones de personas, delitos de odio, lesiones, difusión de imágenes por parte de partidos políticos, negación de tomar denuncias, estando dentro de su competencia.
En este sentido, se propone diseñar un cabildo ancestral Inga para contar con una organización nacida desde las diversas realidades geohistóricas y sociales presentes en los entornos, hábitat, comunidades y países, los cuales se encuentren constituidos por miembros del Pueblo Inga. Por esto es importante seguir entretejiendo la defensa de los derechos humanos para todos y todas, pero desde una perspectiva descolonizadora, desde una doctrina ancestral, partiendo del respeto, del reconocimiento, y la autodeterminación.
Pueblos Ancestrales, Pueblo Originario o Pueblos Indígenas
En el mundo están presentes diversas culturas milenarias, las cuales mantienen sus formas de autogobierno y autodeterminación desarrolladas por su organización social propia, sin embargo, son diversos los factores que han dado lugar a su fortalecimiento, pervivencia y/o desaparición, esto genera un impacto significativo cultural sobre cada Pueblo Ancestral. En el caso de la República Bolivariana de Venezuela, se estima la existencia de cincuenta y dos (52) Pueblos Ancestrales, a los cuales se les ha denominado “Pueblos Indígenas”, nombre establecido en normativas nacionales e internacionales, implantando también doctrinas, políticas públicas internas o estadales, referidas a las culturas milenarias y ancestrales.
Por ello, es necesario aclarar que cada Pueblo Originario tiene una concepción particular para definir Pueblo Ancestral y cultura milenaria en contraposición a lo denominado indígena, termino aun en discusión. Son amplias las categorías de abordaje y análisis investigativo, de estudio y de problemáticas en relación a estas culturas; y como todo abordaje social merecen ser estudiadas y valoradas desde sus formas de organización, aplicación, desarrollo y percepción de los medios alternativos de resolución de conflictos.
Pues, cada Pueblo Ancestral posee una visión y cosmovisión específica de la sociedad, es decir, de sus valores, conflictos y de su resolución, considerando sus procedimientos, sus espacios, su tiempo, su autoridad, su justicia, su concepción de Derechos Humanos. Así como su mirada sobre: la criminalística, la discriminación, la seguridad ciudadana, la apreciación sobre el tema delictivo y preventivo, la farmacodependencia, violencia de género, transnacionales, economía y otros múltiples aspectos que emergen de la relación de organización propia.
El cabildo Ancestral y la Conciliación
Ahora bien, a través del presente artículo, sistematizamos una propuesta que intenta mejorar la calidad de vida de la comunidad Inga, sopesar el acceso a la justicia, la forma de aplicación de los medios alternativos de resolución de conflictos, como instrumentos de lucha a través del conocimiento y la investigación endógena, en tanto se puede apreciar al estudiar la norma jurídica venezolana una serie de derechos que evocan claramente la protección por parte del Estado, a través de los órganos de seguridad ciudadana con competencia nacional o municipal.
La importancia de respetar los Derechos Humanos, de todos los pueblos, en especial del Pueblo Inga ubicado en el Distrito Capital, se fundamenta en la norma jurídica especial en materia de Pueblos indígenas y en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000). Allí se establecen los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, bajo un enfoque constitucional basado en un pluralismo cultural, intercultural, multicultural y plurilingüe. Por tanto, diseñar un cabildo ancestral basado en la conciliación, como espacio para garantizar los derechos humanos del Pueblo Inga ubicado en el Distrito Capital, representará un espacio importante para formar e informar sobre los derechos que nos atañen. Llegando incluso, a generar acciones de conciliación y aplicación que emergen en el ámbito de las ciencias de la Conflictologia como dinámica social dentro de una cultura milenaria y el ámbito social desde una perspectiva intercultural.
Conclusiones
Los indígenas del Pueblo Inga, ubicado en el Distrito Capital, consideran apropiado la aplicabilidad de un cabildo ancestral basado en la conciliación, como espacio para garantizar los derechos humanos de su pueblo, como una herramienta de convivencia.
La Conciliación debe tener presencia en y por la pervivencia cultural, el gobierno propio y la autodeterminación de los indígenas del Pueblo Inga, mediante, la sabiduría ancestral, la aplicación del derecho, la normatividad constitucional, la afirmación de la identidad y la conservación de sus usos y costumbres.
El Pueblo Inga debe proveerse en todo momento de los elementos que sean necesarios, así como de sugerencias a ser aplicadas o realizar cambios necesarios para afianzar su autonomía, con reconocimiento político y relacionamiento armónico entre las culturas y pueblos que conviven en este territorio: a través del ejercicio de un buen gobierno, la gestión integral de su plan de vida y la implementación de adecuados y suficientes espacios de participación democrática, basados en la conciliación, la solidaridad, el respeto y la inclusión.
Por otra parte, se han identificado un conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas, consideradas por los indígenas del Pueblo Inga, como necesarias de manejar para fortalecer la autonomía, la armonía en las relaciones y la realización de nuestros sueños y aspiraciones de vida, tomando en cuenta una visión de futuro colectivo que nos posibilite permanecer en el tiempo y en el espacio para el logro en su conjunto del “Buen Vivir” de los indígenas del Pueblo Inga.
Un Cabildo ancestral basado en la conciliación, permitiría seguir levantando y revitalizando valores y principios milenarios como el “Suma Yuyay, Suma Kaugsay, Mana Sisai, Mana Killay, Kaugsankamalla” (El Buen Pensamiento, El Vivir Bien, Ser Trabajador, Mientras Vivamos) que dirijan y orienten la filosofía de vida de la cultura Inga, que cada día están en detrimento, al igual que su patrimonio.