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HORIZONTE
SENTIRPENSAR
HORIZONTE
Un gran abismo me separa del destino
esa ribera al otro lado que puentes anhela
de la travesía la última meta o etapa
predestinado o con el sudor forjado
o tal vez un umbral de tantos al andar
El fin de la aventura de esta pasajera vida
cuyo sentido no es el incierto mañana
sino el darse vuelta para ver las huellas
dejadas en el aire, la arena y las aguas
De cerca, a los lejos y muy dentro
se expone en el tope a sus anchas
se viste y desnuda por instantes
de entre las manos se escurre
y a veces se va sin decir adiós
El allá que aquí y más allá está
ese que despierto y a tientas procuro
y que en mis sueños insondables
cautivos por el poder de las artes
se presenta como corona y palmas
jamás me traiciona o abandona
sino que fiel allí está para me cortejar
En la terraza de un firmamento embelesado
en lo más hondo del empinado desfiladero
en los oleajes de altar mar que vienen y van
en la línea amiga que al cielo y la tierra une por igual
en la llanura que con el collado conspira
en la tenue luz donde el corredor acaba
en la densa fronda que a la cascada envuelve
en la mesa servida a la que se llega en el caminar
Confiado, firme y de pie me aguarda
con una angelical sonrisa
apostando sus fichas a mi gesta
coreando lemas de triunfo en la prueba
dándome fuerzas cuando fuerzas no tengo
Para acogerme entre sus alas abiertas
Para posar en la frente un tibio beso
Para dar en mi honor una gran fiesta
SELAH
Aquiles Ernesto Martínez
QUEREMOS VERTE, JESÚS
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QUEREMOS VERTE, JESÚS
(A la luz de Juan 12:20-33)
Queremos verte, Jesús. Dinos,
¿por dónde andas en estos días nuestros?
¿Serán los templos tus espacios preferidos?
¿Te encuentras cómodo en nuestras liturgias?
¿Cantas con entusiasmo nuestros himnos?
¿Sientes que te representan quienes visten sus
distinguidas ropas ministeriales cada domingo?
¿Qué dices de nuestras prédicas y mensajes?
¿Te daremos convenientemente la bienvenida
cuando te nos apareces en rostros extraños en
nuestras iglesias “abiertas e inclusivas”?
¿Te moviliza y te entusiasma nuestra pasión evangélica?
¿Y qué dices de nuestro testimonio cotidiano?
¿O será que frecuentas otros espacios, Jesús?
Tal vez sean los caminos los mejores templos y
los cantos junto a los fogones los mejores himnos
y el pan compartido la mejor de todas las liturgias y
la charla junto al fuego el mejor sermón y la ropa
transpirada de amor el mejor ropaje con el cual servirte
y honrarte día a día.
Quizá ya no te veamos tan seguido porque elegiste
hacerte pueblo donde el pueblo está.
Tal vez te encontremos hoy en Gaza, llorando sobre
los cuerpos muertos, sosteniendo la mano de quienes,
aún en medio de su dolor y de sus carencias, sanan,
ayudan, alimentan y consuelan.
Tal vez allí andes, escapándole a las balas que,
como modernas cruces, martirizan sin piedad las vidas
inocentes de quienes nada han hecho.
Quizá camines los jueves abrazados a las madres,
en rondas necesarias para mantener la memoria.
Y seguro te veamos en las marchas por los derechos
que anidan en tu esencia dadora de vida abundante.
Si queremos verte, Jesús, debemos saber dónde buscarte
y aprender a seguirte.
Gerardo Oberman
Pastor ordenado de las Iglesias Reformadas en Argentina
SI YO ANDUVIERA DESNUDA
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SI YO ANDUVIERA DESNUDA
Si yo anduviera desnuda,
Y mi cuerpo de bronce brillara bajo la luna,
Yerta sobre la tierra húmeda,
Cabellera de mar que ocultas
La lividez de mi rostro.
Si yo anduviera desnuda,
Y mis ojos apagaran su brillo
Y tu caminaras por el techo, dibujando estrellas de rojo escarlata,
Y tu que una vez me amaste.
Si yo anduviera desnuda,
Y tu trajeado con la corbata de la cólera
Y calzado con el azul patente de los celos,
Te agradecería, que, no vistas, mi cuerpo maltrecho con el calor húmedo del polietileno.
Si yo anduviera desnuda,
Abrazada por la gelidez de la parca.
No me ocultes en un cofre para juguetes,
Déjame allí donde un día me amaste,
Déjame allí donde me puedan encontrar.
Suzuky Margarita Gómez Castillo